Intento echar la vista atrás, pero el tiempo difumina los recuerdos. Siento en mi corazón que existieron lazos invisibles entre nosotras. Momentos de ternura que, con la distancia, empañan mis pupilas.
El calor de tu pecho sofocaba mis berrinches y, cuando nuestros corazones latían al mismo compás, todos mis miedos se esfumaban.
Tu sabiduría, la que solo da la vida, supo aconsejarme sin presiones, sin obligaciones ni recriminaciones. Conversaciones entre generaciones tan dispares que solo tú y yo conocemos.
Te miro sentada en el sillón. Observo el ritmo de tu respiración. Ojos vidriosos. Murmuraciones a la nada.
Remuevo el café ya frío y me pregunto cuántos más podré tomar junto a tí, abuela, y sobretodo, cuántos me he perdido.
Solemos acordarnos tarde de lo que no hicimos…
Nunca le dije a mi abuela, que se ocupó de mí cuando era niño, lo mucho que la quería a pesar de nuestras diferencias. Cuando quise hacerlo ella estaba aquí, pero ya no estaba…
Un beso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Eso mismo es lo que quería expresar. Gracias por pasarte y comentar, Estrella.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bonito micro. Me has hecho pensar en mi abuela que tanto me ha cuidado y en todos los momentos junto a ella que ahora me estoy perdiendo por vivir lejos. Las abuelas dejan una huella única.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, Laura. Entiendo lo que dices porque estoy en una situación similar
😘
Me gustaMe gusta