Todo el día con ideas asaltándome en cada esquina, esperando el momento de llegar a casa y tener un hueco para escribir y luego… Luego pierdo el tiempo con cualquier gilipollez.
La gilipollez puede llamarse Farm Heroes Saga, storys de Instagram, memes en Facebook, las últimas novedades de H&M o las últimas noticias de Juego de Tronos.
La cuestión es que me distraigo y luego me dan las once de la noche y ya me da pereza encender el ordenador. Para más inri, las musas se empeñan en tocarme las narices justo en el preciso momento en que me arropo en la cama y cierro los ojos; dando paso a la siguiente conversación:
—Qué bien estaría que el personaje principal estuviese relacionado con aquello que…
—¡Calla! Estoy intentando dormir —ordeno a la vocecita que me susurra mientras me arrebujo bajo el edredón.
—Perdona, perdona, no quiero molestarte, pero… ¿No te has planteado que en el siguiente capítulo se produzca una tensión sexual con…?
—Ummm… Pues sí, la verdad es que estaría bien. Mañana lo anoto. — Me giro y doy por finalizada la conversación.
Tap, tap, tap. La musa me da golpecitos en el hombro. Musa que no veo, pero me la imagino con el ceño fruncido, vaqueros rasgados, pelo alborotado y dedos finos con los que me está golpeando y empezando a molestar. No quiero ser grosera porque oye, ¿y si se esfuma ofendida y ya no vuelve? No, eso tampoco me lo puedo permitir…
—No se me olvidará —le digo. Bueno, lo pienso, porque nos comunicamos mentalmente, no vaya a ser que mi marido me oiga y me mande a un loquero, que ya le doy bastantes motivos.
—Permíteme que lo dude, no sería la primera vez…
Ahora resulta que encima me ha tocado la musa rencorosa.
—Mira, son las doce de la noche y no voy a liarme a encender la luz y molestar a este, buscar el boli que me cayó el otro día bajo la cama y además, estoy reventada.
—Pues tú veras —responde la Musa muy digna ella y dispuesta a largarse.
Mierda.
—Oye, —Intento que no se marche enfadada—, que muchas gracias. Mañana te prometo que lo anoto todo.
La Musa ladea la cabeza mientras se va desvaneciendo y dejando de nuevo, sola a mi única neurona.
—Ya, ya…
Me duermo repitiendo como un mantra las nuevas ideas, intentando grabarlas a fuego en mi cerebro. Sin embargo, al día siguiente, solo queda humo difícil de atrapar y hacer regresar.
En fin chic@s, que soy de las que no tienen horario ni reglas para escribir. Ya, ya sé que no es lo mejor, pero de momento es lo que hay. ¿Y vosotros? ¿Tenéis una rutina? ¿Sois de los que se ponen plazos y los cumplen?
¡Hola! Yo escribo todos los días al levantarme, dos horas normalmente, aunque reconozco que las redes también me distraen un montón y tengo que tomar medidas ya!! Un saludo y ánimo con esa rutina que una vez que la coges ya no la puedes soltar, aunque también es verdad que cada una tenemos muestros métodos.
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Bienvenida, Laura, ahora mismito estaba ojeando tu blog😁.
A mi me resulta imposible ponerme horarios. Cuando tengo tiempo me distraigo y cuando no lo tengo, me entran unas ganas irrefrenables de escribir y me pongo como una loca a ello corriendo para aprovechar los pocos minutos libres.
Besacos!
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Qué bueno, Sadire. Me siento tan identificada… ¿Mi rutina? Si tengo tiempo para escribir entre semana es… ¡un milagro! Y con escribir me refiero algo que no sean notas en agendas, emails, expedientes de alumnos… o comentarios en el blog jajaja
Besaco, compi 🙂
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Menos mal que no soy la única 😅 Entre semana me resulta taaaaannnn complicado…
Besacos de viernes!
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Jajaja… A mí también me visita la musa por las noches. Me ha hecho mucha gracia ese diálogo que has escrito. Yo me quedo con lo que se me ocurre por la noche, no se me olvida, y lo escribo al día siguiente. A veces incluso pienso en las palabras exactas y oye, no se me olvidan… En cuanto a las rutinas, es imposible para mí. Escribo cuando puedo, pero el poco tiempo que tengo lo aprovecho a tope. Un beso
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Buenos días! Sí, alguna vez he tenido que encender la luz y anotar. Mi musa puede ser muy pesada y da unas collejas…
Al menos tu memoria es mejor que la mía. Por suerte o por desgracia, mi cerebro es un crack a la hora de desconectar cuando duermo y me deja en muerte cerebral😂😂
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¡Muy bueno lo que has escrito, Sadire! También me sucede que, muchas veces, la inspiración es absolutamente inoportuna y cuando estoy muerta de sueño, a sabiendas que al día siguiente lo habré olvidado, mi infaltable revista con puzzles o sudokus sobre la mesa de noche, me permite anotar palabras o ideas claves entre sus pocos espacios en blanco. Felizmente, a esta altura de mi vida, gozo el dormir en habitaciones separadas y puedo encender la luz o coger el notebook si me desvelara 😊
¡Un abrazo!
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Buenos días, Saricarmen! Como le decía a Mayte, alguna vez he hecho el esfuerzo de anotar algo, pero si sucumbo a las palmaditas de la musa, acabo escribiendo varias hojas por lo que intento que sea las menos veces posibles o, al día siguiente, no me puedo levantar.
Besacos!!!
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En la vida nos habríamos imaginado una musa con los vaqueros rasgados, locos nos has dejado.
Por otra, también tienen derecho a actualizar su vestimenta desde que, tocado por sus musas, alguien inventó a las musas.
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Se me aparece con vestido de gasa blanco y melena cubriendo el rostro y me da un soponcio🤣
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Cuidado con los soponcios, que Michel y Bones suelen acompañar a tu musa y ellos son muy de confundir desmayo con defunción…
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