He conocido amores infantiles, tan ingenuos,neutros y dulces que, a buen seguro, me provocaron más de una caries.
Sentí el amor adolescente. Ese que obsesiona y llena páginas y páginas de corazones en libros de texto, carpetas y libretas. Ese que te quita el sueño, el apetito y el alma, pero que es capaz de alimentar tu cuerpo con solo un beso, un roce o una mirada de la persona amada.
Caí en las garras del amor de juventud, también llamado, el explorador. Gracias a él conocí mejor mi cuerpo y me licencié en anatomia masculina.
Conocí el amor de una pareja estable. El amor más serio, el del noviazgo, el de los proyectos. El de conocerse en profundidad, el de la convivencia.
Más tarde llegaron amores maduros, de decisiones, de maternidad. Compartí experiencias únicas de crianza, del descubrimiento de otro amor compartido: hijos. Preocupaciones, discusiones, dudas; siempre terminando a flote gracias a la fortaleza de un barco de amor labrado durante años.
Y sigo conociendo amores: el del cariño, las risas compartidas, la experiencia, la lealtad, la confianza, el respeto a la individualidad…
Pero lo mejor de todo esto es que creo que aún me queda mucho camino por descubrir y que todos esos amores me los has proporcionado tú. Sí, tú, una misma persona: mi compañero de vida.
Y este es mi pequeño homenaje por tu cumpleaños. ¡Felicidades, amore! Por muchos más cerca de ti.😍
Too much love will kill you!
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Uy, creo que me arriesgaré😍
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👏⚘
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