Chicos y chicas que me conocéis, no os sorprenderá que quiera comentaros que estoy sumergida en una nueva historia, ya sabéis que soy un ansia viva. Pues bien, se trata de algo que comencé hace más de un año y que dejé enfriar. Lo he retomado, metido en el horno y creo que me gusta como huele. Aún queda muchísimo trabajo por hacer, muchas tramas por desarrollar y muchos momentos de quedarme en blanco, pero estoy convencida de que terminaré y os gustará o, al menos, eso espero.
Quiero compartir con vosotros un pequeño fragmento. Aquí va:
(…) Esa noche, Rose vertió el doble de polvos de flor del sueño en la jarra de vino. No se encontraba muy bien y lo último que deseaba era tener que compartir lecho con el capitán. Con la segunda copa, a mitad de una frase prácticamente inteligible, Brett cayó desplomado sobre el plato de sopa haciendo un ruído sordo y salpicando el resto de la mesa.
Rose acudió horrorizada, temerosa de que el exceso de polvos le hubiese provocado la muerte. Se acercó por detrás y se quedó embobada durante unos segundos, mirando cómo el caldo chorreaba por el cabello de su esposo y goteaba hasta el suelo. Pasado el estupor inicial, la joven sonrió sin darse cuenta, pensando que, tal vez, la muerte sería una bendición y que podría salir airosa de la situación.
Se acercó un poco más y levantó la cabeza inerte de Brett. La echó hacia atrás y se le quedó un poco ladeada. En ese mismo momento, Brett, roncó con fuerza y Rose, asustada, retrocedió unos pasos. La euforia que le provocó sentirse viuda se desvaneció de inmediato.
Chasqueó la lengua y comenzó el ritual que seguía en estos casos: arrastrar hasta la cama a su marido. Al día siguiente no recordaría nada y el dolor de cabeza lo achacaría al vino aguado que llegaba de la capital y que, según él, se estaba degradando por culpa de los negros esclavos que utilizaban para la elaboración. (…)
muy bueno
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Gracias!
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¡Qué guay, no paras! (qué voy a decir yo… jajaja). Me alegra ese bichito que te pica y tienes que escribir como una necesidad.
La historia resulta interesante, me ha dejado algo inquieta, la verdad…
Besooos, Sadire 🙂
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Pues yo creo que te gustaría…😘
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Y, ¡qué buena masa la que estás elaborando, Sadire! Esperaré impaciente a que la saques del horno. ¡Felicidades!
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Gracias, Sari!
Estoy muy entusiasmada, pero no es del género que suelo tratar y estoy yendo pasito a pasito. No quiero que se quede corto de azúcar, ni tampoco que se pase de cocción 😉
Besacos!
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Me ha encantado
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Pues yo que me alegro!!!! Seguiré cocinando😄.
Gracias por pasarte y comentar!
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Me ha gustado, pese a ello, qué tal así: “… No se encontraba muy bien y lo último que deseaba era tener que compartir lecho con el capitán. Con la segunda copa, a mitad de una frase prácticamente inteligible, Brett cayó desplomado sobre el plato de sopa…”. Como ves he eliminado dos comas y la conjunción “y” por entender que estaban erróneamente ubicadas.
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Me alegra que te gustase! Consejo recibido y puesto en práctica 😊
Gracias y besacos mil!
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Es que a ti te pega de repente y ¡zas, libro! Y casi casi nos matas a uno al primer fragmento que sacas a la luz, así que parece que los dos gusanos más famosos de este blog van a tener trabajo de más.
En fin, ¡disfruta de este nuevo viaje a bordo del teclado!
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