La humedad había entumecido sus huesos y los músculos tensados a la fuerza se quejaban mandándole punzadas de dolor insoportables.
El joven muchacho abrió los ojos, pero seguía rodeado de oscuridad. Intentó moverse sin éxito y ladeó la cabeza para ver qué era lo que le aprisionaba las muñecas, las piernas y la cintura.
Gritó y el eco se encargó de devolverle su alarido cargado de pánico.
Tic, tic, tic
Algo se acercaba. Dejó de respirar para escuchar e intentar averiguar qué era aquello que le acechaba.
Tic, tic, tic
Notó presión en las muñecas: algo o alguien estaba tensando los finos y translúcidos hilos que le amarraban.
Ya no se oía nada. De repente una enorme cabeza peluda llena de ojos brillantes y negros asomó por encima de su hombro derecho. No tuvo tiempo de gritar, la araña gigantesca mordió su abdomen y poco a poco fue chupándole las vísceras y la vida al mismo tiempo.
Al amanecer solo quedó una carcasa vacía, una más entre todas las que decoraban una majestuosa telaraña.
Joer :O Me has dejao muerta!
Muy gráfico. Buen relato.
Un besazo, Sadire 🙂
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Gracias, Lidia. Tenía a ciertas personas con ganas de derramamiento de sangre…😉
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Pero no me puedes poner esa ternura de araña encabezando el relato. Mira que no me ha dejado empatizar con la victima sino con la victimaria, mírala pobrecita, seguro que el escuálido la dejó con hambre.
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Vaya por dios! En el próximo relato me encargaré de que el “prota” esté bien entradito en carnes😆
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Ahora sí que podemos decirlo:
¡Killer Sadire ha vuelto y quiere sangre!
(Bueno, no sale sangre propiamente dicho, pero you know what we mean…)
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Veis? No estaba enferma ni nada😉
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Eso no lo sabemos, tendremos que preguntar a todos los médicos de tu urbe para asegurarnos…
Bueno, te vamos a creer, pero solo porque nos sale más económico en tiempo, esfuerzo y (sobre todo) dinero.
¡Bienhallada!
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Pobre mosquita, mosca atrapada, incapaz de defenderse ante un cazador que, además, es uno de los terrores atávicos de la humanidad 😀 😀 😀
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Me dan pánico las arañas desde que un profe me explicó cómo se alimentaban
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