Ayer cuando salí a comprar un par de cosas que necesitaba para la cena me crucé con Cenicienta. Aunque tenía prisa porque me iban a cerrar el súper tuve que pararme a charlar con ella, tenía ganas de contarme lo feliz que estaba.
Según me dijo había pasado una temporada chunga, al borde de la depresión. La gente de palacio era rancia y sosa y su marido casi nunca estaba con ella, siempre de viaje en viaje. Así que decidió volver a trabajar para sobrellevar el aburrimiento. Ahora se dedicaba a limpiar casas particulares y oficinas.
—Mira, ahora mismito vengo de casa de Blancanieves. Pobrecilla—decía bajando la voz—, esos enanitos le dan mucha faena. Está agotada de cocinar y limpiar, así que dos días a la semana voy a su casa para que ella pueda ir a clases de zumba y danza del vientre. ¡Por cierto!—alzó de nuevo la voz al recordar un nuevo cotilleo—. ¿Sabes quién es la profesora? No te lo vas a creer: Jasmine. Mucho genio de la lámpara pero mira, ahí dando clases para poder mantener su palacio y su enorme jardín. Si es que ya veía yo venir que ese malandrín que elegió iba por su dinero…
Me despedí de Cenicienta con prisas y excusas, no quería darle pie a que continuase con sus interminables chismorreos.
Llegué al súper quince minutos antes del cierre. No me extrañó que Mérida, la cajera, me echase una mirada asesina. Agradecí que no sacase allí mismo su arco y atravesase mi corazón con una de sus flechas certeras. ¡Menuda muchacha con carácter! Ni sus viajes, ni expediciones alrededor del mundo habían conseguido aplacar toda su energía. Y mira que en casa también tenía lo suyo: tres maridos de diferentes nacionalidades y cuatro hijos tan pelirrojos como ella, todos compartiendo piso de protección oficial.
Como siempre salí del súper con más cosas de las que tenía pensadas. Menos mal que coincidí en la esquina con Hércules y su mujer, la hipnótica Meg. El fortachón se ofreció a llevarme las bolsas y yo accedí encantada.
En el fondo sabía que el de los rizos de oro aprovechaba cualquier oportunidad de fardar de músculos ante su esposa. Creo que siempre ha temido que lo deje. Meg es guapa, atractiva y muy inteligente, mucho más que él. Ya lo dice Fiona, “no pegan nada”.
Abrí la puerta y aparté las botas de mi marido de una patada. Siempre dejándolo todo por el medio cuando llega de trabajar. En ese momento salió del baño entre una nube de vapor provocada por el agua caliente de la ducha. ¡Cómo me alegraba de que el hechizo finalmente no se deshiciese! Me encantaban sus colmillos, su largo y sedoso pelo, sus dulces garras… Le pellizqué el trasero y con una sonrisa pícara le dije:
—Bestia, esta noche haces tú la cena. Yo tengo que terminar un cuento que me tiene hiper enganchada.
Compañera, enhorabuena, vaya si le echas imaginación. Me he encantado tu cuento !!!
Besaco y abrazaco
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Muchas gracias, Carlos!!!! Aings cómo anima que las paridas que se me ocurren gusten a alguien!!!
Besacossss!!!!
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Me ha gustado mucho!!! Entretenido e informal. Enhorabuena
Un saludo,
Unalome
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Muchas gracias, Unalome!!!!
Besacos!!!
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¡Me encantóoooo! 😂😂❤️
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Gracias!!!!
Tengo predilección por las princesas “corrientes”😂😂😂
Besacos!!!!
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😂😃😊
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Hola, mi nombre es Sofía Alonso Díaz, espero no molestar con esta intromisión. Llevo un tiempo desarrollando mi blog de psicología y bienestar http://psheda.com. Me gustaría invitarte a que le echaras un vistazo por que creo que puede resultarte interesante. Y si no pues nada, encantada 😉 . Sigue así con tus contenidos, son realmente interesantes. 🙂 gracias de antemano. Saludos!
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Hola!!!
Bienvenida a este blog!
Por supuesto que me pasaré 😉
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Gracias 🙂
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Jajajajjaa Qué bueno!! Me ha encantado, Sadire!! Desbordante de originalidad, como siempre!! 😊 Un abrazo fuerte!!
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Muchas gracias!!! Viniendo de tí que siempre consigues sorprenderme con tus protagonistas es todo un cumplido.
Besacos!!!
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Me encanta el final wappaa!!!
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Pillín!!!😊😊
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Vaya, otra vez has olvidado tomarte la medicación. 🤔
Tienes que cuidarte, amiga, estas cosas que escribes… ¡hasta una psicóloga te ha ofrecido sus servicios!😂😂
Y eso no es lo peor, dicen que se oyen golpes en la lápida de Disney… Igual es que se ha enterado de que la cenicienta salió corriendo aquella noche porque era alérgica al polvo. O que la bella durmiente ha dejado el Valium.
O que se ha pasado por este blog…😫 ¡Avisa cuando escribas estas cosas para cortar el wifi en los cementerios!
En serio: genial. Te he torpedeado con este comentario por pura envidia cochina (huy, casi pongo una coma después de “envidia”)
¡Que te quiero mucho, shosho, sobre todo cuando se te va la pinza!
Abrazo fuerte!!😘
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Por favor, no me tengas en cuenta este comentario, que lo ha escrito por su cuenta la Yesi.
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Pues chico, a mí me cae bien, ¿a que le regalo yo la funda de leopardo?😉😉
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Jaaajjjjj si es que ya os aviso de que a veces mi cerebro se convierte en una masa efervescente que da pie a este tipo de…¿de qué? Jaaajjj. Uy! Creo que ya me toca la pastillita. ¿La Yesi tiene alguna opción que me recuerde la toma?😂😂😂
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Tú sí que tienes cuento…
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