Esta mañana acabo de hacer un descubrimiento que quiero compartir debido a su relevancia. ¿Cuando sabe nuestro cuerpo que está de vacaciones?
¿Cuando en el calendario laboral llegas a esos días marcados con fluorescente amarillo y decorados con caritas sonrientes? Nooooooooooooo.
¿Cuando el termómetro marca los cuarenta grados y subes al coche aún sabiendo que solo quedará de ti un charco? Noooooooooooo.
¿Cuando termina el colegio y tu casa se convierte en un trastero lleno de juguetes por el medio, niños dando pelotazos en esas paredes que pintaste hace unos meses y suelo lleno de pelos de gato, que oye, ellos también tienen calor y hacen el cambio de pelaje? Noooooooo.
¿Quizá cuando los señores del telediario nos recomiendan que nos hidratemos y vayamos por la sombra (muy sabios ellos)? Noooooooooo.
¿Cuando buscas el bikini o bañador del año pasado y después de probártelo entras en depresión? Tampocooooo.
Acabo de descubrir que tu cuerpo sabe que estás de vacaciones cuando, ojito con lo que voy a decir, tienes una polución nocturna. ¿Qué?, ¿cómo? Pues sí, así es señores. Los sueños eróticos con final feliz solo aparecen (por lo menos en mi caso) cuando el cuerpo está totalmente relajado. Vamos, que con las tensiones y esta vida de agobios que llevamos como que pensar en sexo da un poco de pereza y lo vamos relegando a un segundo plano. Ya, ya sé que no es lo que deberíamos, pero así es.
¿A quién le apetece un revolcón a cuarenta grados? Que sí, que luego te pones y es estupendo, pero el pensar en sudar como una cerda pues como que no me llama mucho. Vale, también podemos tirar de aire acondicionado.
Y luego está el estado de ánimo, el calor afecta, afecta mucho hasta que nos acostumbramos a las nuevas temperaturas y llegas a casa arrastrándote tal culebra del desierto…
Bueno, a lo que iba, que cuando dejas de pensar en el trabajo, en las obligaciones y te dedicas un poco de tiempo, entonces, tu mente ya está preparada para dedicarse a otras tareas, en este caso en el placer sexual. Y mira, ahí que regresan esos sueños que hacía tiempo no tenías y te das cuenta de que tu “xirri” no está muerto, ¡sigue con vida! Pues no está mal esto, piensas. Pues habrá que dedicarle un tiempo al pobre, decides. Y le haces ojillos a tu pareja, esos ojillos que dicen “Qué tú lo que quieres es que te coma el tigre, que te coma el tigre, mi arma morena”
Y así es como te importa un comino que el sol amenace con acabar con la humanidad, que vayas a tener que cambiar las sábanas después de como van a quedar, que tengas la casa como una leonera, que la arena de la playa se te vaya a meter por el trasero, que el agua de la piscina parezca un caldo de bacterias y que tu barriga no sea una tableta de chocolate porque tú has tenido una polución nocturna que te ha recordado lo sano que es follar/hacer el amor/tener sexo y ¡te pones el mundo por montera! ¡Bienvenidas vacaciones!
Tienes toda la razón!!
Con el trabajo, los niños, el ajetreo diario… al final, hacerlo es casi misión imposible.
Pero cuando vas a la playa, te relajas y parece que se para todo, te entran unas ganas enormes, a cualquier hora y en cualquier lugar.
Es más, ves pasar cuerpos caminando por la playa, también hace mucho la poca ropa que llevamos, que es imposible no pensar en …..😉
Y luego, lo peor, cuando te dicen si te apetece tomar un aperitivo en el chiringuito… y no te puedes levantar, ya que se notaría mucho en que estabas pensando mientras mirabas la playa🤣🤣🤣
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Jajajjaaa así es y si a todo eso le sumas una cervecita bien fresca o un vasito de sangría: “Cariño, ya estás tardando en levantarte e irnos pa’ casa😚”
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Di que sí, que es tiempo de disfrutar.
La verdad y más en serio, es cierto que con tantas obligaciones ( tema niños aquí, que quita mucho tiempo y es importante señalarlo porque en verano con ellos en casa todo el día es difícil) es un tema que pasa a un segundo plano y que al final trae consecuencias, así que a disfrutar y encontrar los momentos en la estación que sea.
Sugiero un viajecito sin niños, dan la vida, digo los viajecitos jajajaja
Un beso grande 🙂
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Jajjaaa qué me vas a contar! Ahora mismo estoy de viajecito (con churumbeles) y estoy hecha polvo😅
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😀 😀 😀 😀 😀
Pa’ no perder la costumbre, unas risas. Y es que el cuerpo es mu’ sabio…
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Ya te digo…”Que te coma el tigre, que te coma el tigre, tus carnes morenas🐅🐅
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¡Ahí le has dado! No lo había puesto en el comentario, pero la cancioncita de marras… 😀 😀 😀 😀
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Pues a mi me apetece un revolcón a 40 grados y a 35 y a 30 y a …..5 y a 😁😝
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Eres mi héroe!😂😂😂
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Bueeeeenoooo 😁😜
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Ja,ja,ja ¡Qué buena reflexión!
Carpe diem, amiga.
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A vivir que son tres días o cómo diría mi padre: “Ya descansaremos cuando estemos bajo la sombra de los pinos” (son cipreses, pero él dice pinos)
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Para el caso… vamos a estar igual de perjudicados bajo un pino que bajo un ciprés, ja,ja,ja
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