Cuando leo un libro o cuando veo una película los personajes que más consiguen llegarme, los que me atrapan y con los que más disfruto son los que tienen la dualidad de luces y sombras. Es decir, me gustan los malos que no son tan malos y los buenos que no son tan buenos.
En la vida, por suerte o por desgracia, también me ocurre lo mismo. Me resultan mucho más interesantes este tipo de personas. Creo que esto es lo que nos convierte realmente en humanos. Por eso me gusta rodearme de este tipo de gente. No, tranquilos, no estoy hablando de asesinos en serie que quieren mucho a sus madres.
Hablo de gente normal. Por ejemplo: me resulta mucho más atractivo un hombre bueno, atento y cariñoso pero que sabes que puede caer en alguna tentación como todo el resto de humanos. Me parece también más atractiva esa amiga que es dulce y comprensiva pero que en ocasiones tiene ataques de locura que le llevan a hacer “tonterías”.
Somos imperfectos, y ahí es donde habita nuestra magia. Todos tenemos secretos, pensamientos oscuros, algún que otro acto del que nos arrepentimos o nos avergonzamos en nuestras espaldas. Y eso, eso nos hace especiales.
¿Con quién os quedaríais?:
- La dulce princesa que solo se mueve por actos de amor, solidaria, generosa, correcta, taimada y paciente.
o
- La dulce princesa igual de generosa y solidaria pero que se pone la armadura y es capaz de rebanarle el cuello al enemigo en defensa de su amor (que para mas inri no es su prometido el príncipe, sino el plebeyo con el que comete actos impuros cada noche en las caballerizas)
Yo me quedo con la segunda. La primera es tan plana, tan lineal que no parece terrenal. Sin embargo la segunda tiene sentimientos, en ocasiones encontrados, y es capaz de luchar por ellos.
Un buen ejemplo en el cine es la película de “Maléfica” (preciosa, por cierto). Nadie es tan bueno, ni tan malo. Todo depende desde el lado donde se mire. Y con esto y un bizcocho creo que ya lo tengo bien de divagar. ¡No soy perfecta! Se me va la pinza…que le voy a hacer si también tengo mis sombras!
¡Me quedo con el gris!
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Al gris también podemos añadirle: blanco roto, blanco hueso, negro azulado, negro noche…..jaajjajj
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Jajaja, sí, cuánto más colorido mejor 😉
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tienes mucha razón
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Gracias por comentar!
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a ti un placer
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