Soy una gran pecadora, caigo en todos los excesos. En este caso la gula. Gula que ha propiciado mi reticencia hacia la Navidad. Pero tranquilos, tengo identificados a los culpables. Esos puñeteros supermercados que están jugando con los sentimientos navideños de la gente desde el uno de noviembre.
¡Y menos mal que no nos martirizan con los villancicos desde esa fecha! La cuestión es que llevo ya zampadas unas 20 tabletas de turrón de chocolate. Yo solita, sin ayuda. Y encima me han vuelto codiciosa también. Me las escondo en un rinconcito del armario de las galletas, así disimuladamente, como sin querer. Uy han ido a parar al rincón donde nadie mira. Que casualidad! No vaya a ser que a alguien de la familia le de por probarlo y les guste.
Otro tema son los calendarios de adviento. Mis hijos ya se han comido dos. Vamos que ya llevan el de noviembre, diciembre y si me apuras se comen el de enero. Eso sí, ojito no hacer acopio de tu calendario a principios de noviembre porque si no te quedas sin él. Agotadísimos están.
En estos momentos de mi vida tengo que dar gracias a mis papilas gustativas por ser las responsables de que los polvorones y mazapanes no me gusten en exceso. Gracias. Y yo me pregunto: ¿si ya estoy hasta el toto de comer todo esto, qué comeré en las fiestas? ¿sandia, helado?…..Mmmmm….no estaría mal.
Imagen Flickr-Lablascovegmenu–
Conozco a personas que la aborrecen con anterioridad, no estás sola.
Suerte que en éste hemisferio hace calor si no, andaría escondiendo dulces por ahí también.
Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jaaaajjjjj….siempre puedes guardarlos en la nevera. Besacos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estás un paso adelante jaja Abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona