Llamadme antigua pero últimamente empiezo a echar en falta la típica frase “no eres tú, soy yo” tan manida para las rupturas. Con esta frase ya sabías que te estaban dejando y aunque posiblemente el problema sí que eras tú, al menos daba margen a la duda. Sin embargo, ahora está tan en auge la sinceridad que da un poquito de miedo.
Como ya sabéis me gusta desconectar de vez en cuando viendo el programa de First Dates, y esto me ha servido para corroborar mi teoría de que quizá se nos está yendo la mano con tanta sinceridad. Analicemos algunas de las frases dichas en este programa:
–Mi madre se conserva mejor que esta chica
–Es mas sosa que un champiñón
Y así podría continuar un buen rato. La cuestión es que en la vida real también suceden estas cosas. Más de una amiga me ha comentado que después de días de insistencia mediante mensajes o llamadas telefónicas, después de la cita el tipo en cuestión la ha dejado con palabras tan crueles como estas: “ahora que te he visto al natural creo que no quiero seguir conociéndote porque eres muy fea, muy flaca, muy gorda (o cualquier otra burrada)”. Y lo más gracioso es que quien pronuncia estas palabras seguramente no es ningún Brad Pitt ni ningún Ricky Martin.
¿De verdad esto es necesario? Yo sinceramente no lo necesito. Que me mientan. Prefiero que me digan que no es nuestro momento, que tengo novia, que me ha salido un viaje a China…llámame antigua. La sinceridad no tiene por que ser sinónimo de faltar al respeto o de hundir a la gente. Vamos que “No eres tú, soy yo”.
Que bueno,felicidades, abrazos.
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Gracias por tus palabras. Un beso
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Jajaja buen post!!
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Me alegro que te guste. Gracias por comentar!
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